La mayoría de la gente vive sin querer saber nada de su historia personal, sin embrago la viven una y otra vez a través de los patrones de repetición, hasta su total toma de consciencia. El no querer indagar en su pasado y en sus recuerdos, no les hace inmune a los efectos de esta en su presente, y se preguntan porque no consiguen aquello que anhelan, o porque no alcanzan a tener una vida satisfactoria como se merecen.
Los patrones de repetición son una compulsión que intenta por todos los medios satisfacer a una necesidad no satisfecha y no atendida en la infancia y adolescencia, recurriendo a vías sustitutivas, y aunque estos patrones y las conductas a ellos ligadas nos hace daño, no somos capaces de evitar su ejecución.
Estos patrones de conducta se originan en el inconsciente, y sin darnos cuenta nos empuja a realizar actos de manera repetitiva y estereotipada. Es algo que se instaló en nuestro inconsciente durante la infancia y en la adolescencia, y que más adelante en la vida, se pone de manifiesto.
Esta repetición se hace patológica cuando nos conduce, en la edad adulta, a reproducir una y otra vez el mismo trauma infantil vivido y no superado, se hace patológica también cuando nos vemos envueltos en un circulo infernal de rupturas amorosas todas parecidas, a veces nos vemos obligados a recurrir a las adicciones o a consumir alguna sustancia, ya sea drogas, tabaco, alcohol etc.
La compulsión a la repetición según los escritos Freudianos
Según el Diccionario de Psicoanálisis de Jean Laplanche y Jean-Bertrand Pontalis. Allí, se plantean dos perspectivas:
A nivel de psicopatología concreta: Es un proceso de origen inconsciente, a través del cual la persona se sitúa constantemente en situaciones penosas, repite experiencias antiguas, sin recordar el prototipo u origen de ellas, sino que lo experimenta como algo plenamente motivado en lo actual.
Elaboración teórica de Freud: La compulsión a la repetición se trata de un factor autónomo, irreductible a una dinámica conflictual en la que sólo intervendría la interacción del principio de placer y el principio de realidad. Se atribuye al carácter conservador de las pulsiones.
Por todo lo comentado, se hace imprescindible un acompañamiento para llevar a cabo un trabajo psicoanalítico, que haga emerger a la superficie psíquica todo el material enterrado en el inconsciente y aunque sea olvidado, no deja de actuar y interferir en nuestra vida adulta desde la sombra, provocando sufrimiento y frustración. La buena noticia es que hay una solución.